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lunes, 22 de septiembre de 2014

Federación Sindical Revolucionaria FSR de El Salvador COESS CENTRAL OBRERA ORGANIZADA SOCIALISTA DE EL SALVADOR -MOESS- MOVIMIENTO OBRERO ORGANIZADO SINDICAL Y GREMIAL SOCIALISTAS DE EL SALVADOR POR UN ESTADO OBRERO POPULAR EL PROLETARIADO DESARROLLANDO LA LUCHA DE CLASES ANTAGONICAS !PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES,UNIOS i :INSTITUTO MUNDIAL MARXISTA LENINISTA REVOLUCIONARIO SOCIALISTA - IMLRS - Salvador Cayetano Carpio Comandante Marcial DEBILIDADES DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE 1932 EN EL SALVADOR El Marxismo Leninismo Revolucionario Pensamiento Salvador Cayetano Carpio Comandante Solo Hay Uno,Marcial ! Obras Clasicas - 5 Partes de este libro de Salvador Cayetano Carpio y firmadas por el con el seudonimo de Benedicto Juárez Primera Parte.













INSTITUTO MUNDIAL

MARXISTA LENINISTA


REVOLUCIONARIO


SOCIALISTA - IMLRS -


Salvador Cayetano Carpio


Comandante Marcial


DEBILIDADES DEL MOVIMIENTO 


REVOLUCIONARIO DE 1932


EN EL SALVADOR  


El Marxismo Leninismo Revolucionario 


Pensamiento Salvador Cayetano Carpio 


Comandante  Solo Hay Uno , Marcial !


Obras Clasicas - 5 Partes de este libro


de Salvador Cayetano Carpio


y firmadas por el con el 


seudonimo de Benedicto Juárez 



Primera Parte 


DEBILIDADES DEL MOVIMIENTO 


REVOLUCIONARIO DE 1932


EN EL SALVADOR  


El Marxismo Leninismo Revolucionario 


Pensamiento Salvador Cayetano Carpio 


Comandante  Solo Hay Uno , Marcial !




La insurrección de 1932 es el acontecimiento más grande en la lucha de clases en toda la historia de El Salvador.  Es necesario desentrañar sus debilidades para extraer las enseñanzas que guíen la práctica revolucionaria actual.  Este es un aporte dentro de esa labor.


EDITORIAL 32

DEBILIDADES DEL MOVIMIENTO 

REVOLUCIONARIO DE 1932

EN EL SALVADOR

Benedicto Juárez

Colección: Perspectiva


Benedicto Juárez


DEBILIDADES

DEL MOVIMIENTO 

REVOLUCIONARIO DE 1932

EN EL SALVADOR


EDITORIAL 32
________________________________________________
Julio de 1979


PRESENTACION

Muchas han sido las experiencias combativas y revolucionarias de nuestro pueblo. Ellas han servido y servirán de lecciones al movimiento de masas que se consolida día a día en nuestro país bajo la bandera de las organizaciones consecuentes con los intereses históricos del proletariado y que representan, en el proceso revolucionario, la vía más eficaz para una liberación definitiva. El estudio crítico y el análisis de los principios más auténticamente revolucionarios que deben orientar las batallas venideras, es impostergable. Contribuir a la difusión e incremento de ese estudio, es la finalidad esencial de esta publicación.




INTRODUCCION

Creemos conveniente traspasar los límites anecdóticos en que se mueven muchos de los “relatos del 32”, e intentar la penetración en la esencia de la más grande experiencia revolucionaria del proletariado y campesinado salvadoreños que registra nuestra historia. Intentarlo es un deber de toda institución o persona que se proponga, no solo interpretar los hechos históricos sino extraer de ellos las herramientas para contribuir a la transformación revolucionaria de la sociedad.

 Es evidente que un fenómeno tan grande y de tanta riqueza en cuanto a lecciones para el proletariado y sus aliados no es posible analizarlo y ni siquiera compendiar todos sus rasgos esenciales en unas pocas páginas, sobre todo tratándose de un tema poco profundizado hasta hoy por las organizaciones revolucionarias del país. 

Se ubica, pues, el objetivo de estas líneas, en buscar claridad a uno de los aspectos de los acontecimientos de 1932: en la búsqueda de las principales debilidades y errores del movimiento revolucionario que condujeron a su derrota. 

Con el fin de ordenar la exposición de elementos dialécticamente ligados, interrelacionados y que se influyen mutuamente, podríamos esbozar el orden siguiente: lo relacionado con la clase (o las clases); con su vanguardia revolucionaria; con su estrategia general; con su estrategia y táctica militar.


 I.—LA CLASE OBRERA.


Es la clase motriz fundamental de la revolución en la sociedad capitalista. En la década del 20 y principios del 30, el desarrollo de la clase obrera era sumamente débil en el País, tanto en cantidad como en calidad. En la composición orgánica de la clase obrera, el sector obrero industrial representaba un porcentaje íntimo. Predominaba de manera aplastante el sector de los operarios de pequeños talleres semi-artesanales y, en segundo lugar, los operarios concentrados en grandes talleres manufactureros (de zapatería, sastrería, carpintería, panadera, etc.) sin maquinaria industrial pero con división de las operaciones laborales que, como se sabe, es propio de la fase de transición entre el taller artesanal y la fábrica industrial. Y, en el campo, en el sector de jornaleros agrícolas predominaba el semiproletariado (campesinado pobre, que vende su fuerza de trabajo durante una parte del año). 

El proletariado fabril y de grandes empresas industriales apenas despuntaba. Eso no significa que no hubiera proletariado industrial, pero su peso era casi inadvertido. En el último cuarto del siglo pasado, comenzaron a desarrollarse algunas ramas nuevas de la clase obrera: ferrocarrileros, electricistas, de construcción y de transportes, principalmente y, a partir de 1919, comienzan a instalarse las primeras fábricas textiles, aunque continua predominando la producción de telares manuales.

 Tal grado de desarrollo en cantidad y calidad de la clase obrera representaba una debilidad básica para las fuerzas revolucionarias en su conjunto, dado que la clase históricamente llamada a encabezar las acciones y las transformaciones revolucionarias y la marcha hasta el Socialismo se diluía en el mar de los sectores pequeño burgueses, sin capacidad de ejercer integralmente en la práctica su dirección de clase. 
En esto ubicamos una de las fundamentales debilidades de la insurrección de 1932: la debilidad de la clase históricamente llamada a convertirse en clase dirigente de la revolución: la clase obrera. 

Este elemento básico no dependía de la voluntad de los hombres; vale decir, que ninguna organización o persona era “culpable” de esa situación; sino que era un factor objetivo, determinado por el grado de desarrollo de las fuerzas productivas existentes en ese periodo histórico. 

INSTITUTO MUNDIAL

MARXISTA LENINISTA


REVOLUCIONARIO


SOCIALISTA - IMLRS -


Salvador Cayetano Carpio




Comandante Marcial


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